Jean-Pierre Protzen y Stella Nair
Y, para citar nuevamente a Upton, el estudio de la arquitectura Debe referirse a la vida entera de una estructura, desde su planificación inicial hasta su destrucción, e incluso hasta su vida posterior como historia y mito. Aquellos que utilizan la arquitectura y aquellos que la interpretan son tan sus creadores como aquellos que dibujaron los planos o clavaron los clavos. Los edificios cambian durante la construcción y cambian gracias al uso. Son utilizados de manera distinta a cómo fueron concebidos y son apreciados o experimentados de forma distinta a cómo los arquitectos o financistas podrían haberlo imaginado (1998, p. 12).
Limitaciones del contexto total El alcance del estudio de la arquitectura, como es definido arriba, puede resultar abrumador. No nos hacemos ilusiones sobre nuestra habilidad para satisfacer estas expectativas; existen demasiadas limitaciones sobre un estudio detallado de la arquitectura de Tiahuanaco; entre ellas, el estado ruinoso y saqueado del sitio, la escasez de documentos históricos visuales y literarios, y, finalmente —aunque no por ello menos importante—, las restricciones de nuestro propio método. Preguntas abiertas Diversos autores han llenado partes importantes del «contexto total» de la arquitectura tiahuanaco. Entre ellos, Charles Stanish (2003) escribió sobre la evolución de sociedades complejas en la cuenca del Titicaca, John Janusek (2004; 2008) desarrolló las nociones de identidad y poder en el altiplano, y Alan Kolata (1996a) investigó lo que denomina «la economía política» de Tiahuanaco. El trabajo de Kolata (1996a, p. 20) arroja nuevas luces sobre «los procesos agregados de producción, distribución y consumo con que las poblaciones reproducen las bases biológicas y culturales de su sociedad». En el marco de la imagen de una agroeconomía organizada jerárquicamente, es necesario preguntarse sobre la producción de la arquitectura. Por ejemplo, ¿quiénes fueron los mecenas, los arquitectos o los obreros, si es que estas tareas fueron realizadas por personas distintas? Y si así fue, ¿cuáles fueron las relaciones sociales y de poder entre ellos? ¿Cómo se comunicaban los mecenas y el arquitecto entre sí y con los obreros? ¿Cómo era su organización de la fuerza de trabajo? ¿Existían especializaciones? ¿Cuáles eran? ¿Cómo se reclutaba y entrenada a la fuerza de trabajo? ¿Qué tecnologías y herramientas se utilizaban? ¿De qué estaban hechas las herramientas? Algunas de estas y otras preguntas podrían nunca encontrar respuesta. Sobre la economía política, Kolata (1996a, p. 20) escribió que «los mecanismos económicos genéricos pueden implicar e involucrar una variedad 37