CAPÍTULO 26
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EL AVE FEROZ Y EL FESTÍN DE INVIERNO
Una vez que las noches polares terminaron y la caza se reanudó. Como habíamos comido varias cosas del almacén, pensé que sería bueno conseguir una presa grande. —Quiero cazar un jabalí o un venado. —Bien, pero no hay prisa. Aunque Sieg comentó eso, me sentía intranquilo y quería cazar. A pesar de eso, tal y como ella dijo, las cosas usualmente fracasaban si uno se apresuraba, así que debería de tranquilizarme. Hoy teníamos un cielo despejado. La luz del sol brillaba sobre la nieve, ocasionando que la tierra resplandeciera. —Es hermoso; pero, también me hace desear tener unos lentes que bloquean la luz. —Eeeh, entonces existe algo así. —Se trata de equipo militar. Desconozco si lo venden en otra parte. A medida que decía eso, Sieg entrecerró los ojos, quizá debido a la luz que la nieva reflejaba era demasiada fuerte. Esa expresión era tan apuesta que me distraje mientras observaba su perfil. —¿Qué pasa? —N-nada~. Sieg de inmediato notó que estaba actuando extraño. Hice un gesto con las manos para engañarla y seguí caminando. —¡Ritz! —¿Uh? En el instante en que me llamó, algo cayó de las ramas del árbol y aterrizó con un golpe seco. —¡! Mis ojos se cruzaron con los ojos redondos que aparecieron de repente. Lo que había caído era una gran ave negra cuya altura casi llegaba a la rodilla. - 148 -