CAPÍTULO 27
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CON SABOR A CHOCOLATE
Ahora que ya hemos suavizado la tierra congelada, es el momento de poner nutrimentos en los campos para ayudar a que crezcan los vegetales. Colocamos hojas caídas que recolectamos durante el otoño, maleza y heces de reno en la tierra. Luego, los dejamos ahí por un mes. Lo ideal serían tres meses para que se descompongan por completo; sin embargo, en esta región la temporada en la que no cae nieve no es muy larga. Así que no es posible esperar más. Sieg regresó a casa más tarde que yo, luciendo cansada, una condición que normalmente no mostraba. —Bienvenida. —Lo siento, se hizo tarde. —No, buen trabajo el de hoy. Sieg se dejó caer sobre una silla cerca de la ventana y frunció el ceño. —¿Cansada? —Aah, sí… —Es la primera vez que lo haces, se entiende. —En parte es por eso, pero… —¿? —Es difícil trabajar con extraños. Si Sieg lo dice, debe haber sido un trabajo duro. Me siento mal por ella. —¿Estás bien? —No te preocupes. Simplemente no estoy acostumbrada a las mujeres. —Um. A decir verdad, no sé qué debería decir en estos momentos. Si mamá estuviera aquí, tal vez ella podría animarla con unas buenas palabras. Lamentab lemente no es así. No hay nada que yo pueda hacer por ella. Incluso si la abrazo, solo yo me sentiría mejor. - 154 -