CAPÍTULO 40
% AINA Y EMMERICH
El día de hoy las mujeres de la aldea harán lino. Sieg también fue desde muy temprano para ayudar. Mientras tanto, voy a reunir a los niños de la aldea para quitar las malas hierbas de los campos de cultivo. Ya que las mujeres no tendrán tiempo de cuidar a los niños, me ofrecí como voluntario. Como les dije que se reunieran en la piedra del Espíritu, me dirigí allí. —Ah, milord~ Buenos días~ —¡Buenos, días! —Buenos días. Hay siete niños en total, su edad va desde los cinco hasta los ocho años, que no pueden ayudar en fabricar lino. No obstante, había una niña que sobresalía. ¿Qué está haciendo está niña grande?… —Eh… ¿Qué haces aquí, Aina? —Mamá fue a fabricar lino. La sensación de disonancia venía de Aina, quien tenía dieciséis años. Me comentó que su madre le dijo que fuera a los campos. La madre de Aina, me pregunto si ya está mejor. Escuché que ni siquiera podía mover bien su cuerpo luego de perder a su esposo. —Pero, siendo franco, te lo agradezco. Pensé que estaría bien tener a otra persona para que me ayudara con esto. —No es que viniera por ti. —Sí-sí. Aunque actuaba de manera fría, seguía caminando mientras sujetaba la mano de un niño pequeño. Parecía llevarse muy bien con ellos, ya que la siguieron sin resistirse. Luego de hablar con los otros niños, nos dirigimos a los campos. Sin embargo, en ese momento, me llamaron mientras iba de camino… —¿También puedes llevarte a mi hijo, milord?
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