CAPÍTULO 46
% BUSCANDO SETAS
En el verano hay un periodo llamado el sol de medianoche cuando el sol no se pone. Es lo opuesto a las noches polares en las cuales el sol no aparece. Cuando llegan estos días, salimos en busca de setas. Las canastas que fueron llenadas con bayas, ahora son repletas con setas. De igual forma el bosque estaba cubierto en los exuberantes matices verdes del verano. El colorido tono verde relajaba el corazón. Mientras caminábamos, nos encontramos rápidamente con una seta. —Ah, esta es una seta venenoso, Sieg. —Entonces puedes diferenciarlos con solo verlos. Un sombrerillo de un rojo llamativo con puntos amarillos. Ciertamente era una seta venenosa; aunque no letal. Solo lo suficientemente mala para que estuvieras en cama de tres a cuatro días. Además, no hay antídotos para esta, así que debemos tener precaución. Se supone que era muy deliciosa, por eso había algunos lugares donde se comen la seta luego de que se deshacen del veneno. —Este también es venenoso. —Luce normal. El siguiente era igualmente una seta venenosa. Tenía un sombrerillo marrón que en apariencia no era muy diferente a las setas que se vendían en tiendas. No obstante, este posee un veneno letal. ¡Así que nunca deben comerse! Se caracteriza por sus láminas marrones debajo del sombrerillo. La seta ancha y gruesa también es venenosa, mientras que la blanca que luce similar a las setas comunes es igualmente venenosa. Aquel que luce parecido a un cerebro, se le puede remover el veneno al hervirlo; pero, respirar el vapor cuando se hierve puede envenenar a una persona y comerlo crudo ocasionar la muerte. De modo que nunca intento comerlo. Además, se ve raro. Nos encontramos con aún más setas venenosas luego de eso. Por lo visto, se convirtió en una excursión de setas venenosas. —¡Ah, esta es buena!
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