CAPÍTULO 17
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MÁS VALE PREVENIR QUE LAMENTAR
Ahora que ya he terminado de preservar la comida e inspeccionar a los aldeanos, tengo que comenzar a preparar luz, agua y materiales para las artesanías tradicionales. En esta aldea usamos velas hechas a base de la grasa de los animales y hierbas para remover el olor. —Nunca imaginé que haríamos nuestras propias velas. —Bueno, tenemos que ser auto-suficientes. Los productos que los mercantes traen vienen incluidos con los costos de embarque, así que también son un despilfarro. El día de hoy estamos fabricando juntos las velas. Ya que Sieg había estado saliendo al bosque con Miruporon estos últimos días, ha pasado un tiempo desde que trabajamos los dos. —… —¿Um? Sieg me miró de una manera extraña. —No es solo que, te ves bastante feliz, así que me preguntaba si te gustaba hacer velas. Creo que tengo el corazón en la mano. Podría decirle que estoy feliz de trabajar con ella, pero sería malo si se aleja por eso, así que solo sonreí como respuesta. Para elaborar las velas utilizamos la grasa de los intestinos del jabalí hembra. El de los machos es demasiado fuerte para ser borrado con hierbas. La grasa, que fue apartada durante el procesamiento de los animales, se corta en tamaños iguales y se coloca en una cazuela con agua hirviendo. Luego se añaden hierbas en polvo para remover el olor. A medida que lo hervimos, la grasa forma espuma blanca. Una vez que retiramos eso varias veces y el agua está completamente limpia, podemos obtener aceite de jabalí. A partir de este aceite de jabalí, y una vez que le agreguemos unas cuantas hierbas, podemos fabricar ungüento o jabón. —La sabiduría de nuestros antepasados es asombrosa —dije mientras continuaba trabajando con Sieg. - 94 -