Trata de mujeres dominicanas en Costa Rica, Suiza y España en el marco de los estudios de género, migración y desarrollo
y Tobago, lo fue en Costa Rica, y, después de un tiempo de regresar a la República Dominicana, intenta volver a Trinidad y Tobago con una visa falsa. Este hecho demuestra que, para las mujeres sobrevivientes, la trata no provoca el abandono del proyecto migratorio, es solo una de sus etapas: volver a intentarlo para lograr el éxito después del fracaso se convierte en un continuo. Los engaños de los que son víctimas pueden ser sobre el objetivo laboral del viaje, el destino y sobre los cambios en los trayectos; también pueden conllevar la retención de documentación y efectos personales (pasaporte, teléfono), la obligación del uso y consumo de sustancias prohibidas, la violencia física y psicológica y los malos tratos. 7.2.3.
Trata con fines de explotación sexual y tráfico de drogas
La combinación de trata con fines de tráfico de drogas y explotación sexual se presenta en varios casos de sobrevivientes de trata en Costa Rica, Suiza y España (en este país fueron identificados casos de este tipo a partir del trabajo de campo en comunidades de la República Dominicana). La captación de estas jóvenes (en Costa Rica, Suiza y España) por la red de trata se realiza a través de familiares (padre, primas) y amigas que residen en Costa Rica y España y que les envían un supuesto contrato para trabajar en hogares de ancianos, limpieza en villas y como vendedoras de celulares. En todos los casos encontrados de sobrevivientes de trata en estas modalidades (Costa Rica, Suiza y España) se muestran rutas de traslado a varios países, donde son explotadas sexualmente y como «mulas». Las mujeres que son víctimas de trata para el tráfico de drogas y que son utilizadas como mulas son criminalizadas. Su condición de víctimas de trata tiende a ser rechazada en los procesos judiciales y viven la situación de cárcel. Tanto en Costa Rica como en España varias mujeres que han sido víctimas de trata para tráfico de drogas han sido encarceladas y no se les ha reconocido su condición de víctimas porque se entiende que el transporte de la droga supone un «consentimiento», desconociéndose de este modo la situación de violencia, coerción y muchas veces secuestro que viven ellas. En el caso de Suiza, algunas de las entrevistadas han indicado que, en la actualidad, las dominicanas que van desde España a ejercer de trabajadoras sexuales a dicho país muchas veces hacen de «mulas» de los traficantes en 259