la cereMonia [de HoMenaJe a cHocano] tuvo luGar en el palacio de la eXposición el 5 de novieMbre de 1922. pronunciaron discursos de HoMenaJe cleMente palMa, el alcalde de liMa andrÉs dasso y el presidente de la repÚblica, Que coronó al poeta con una corona de oro MaciZo de veinte HoJas de laurel, síMbolo de las repÚblicas de aMÉrica latina.
Núñez. Al conocerse estas ideas, fracasó en la Cámara de Diputados, a pesar de que ella era decididamente gobiernista, el proyecto para concederle una pensión vitalicia. Así la Cámara resultó en una actitud que, en cierta forma, coincidió con la de los escritores de oposición unidos para atacar al autor de La epopeya del Morro. Poco después, la Municipalidad de Lima, presidida por Pedro José Rada y Gamio, inició, el 22 de setiembre de 1922, las gestiones para la coronación del “Poeta de América”. Fue enviada una circular telegráfica a los concejos de las provincias con el objeto de solicitarles el nombramiento de un delegado que les representase en el acto de la coronación y así se hizo. La ceremonia tuvo lugar en el Palacio de la Exposición el 5 de noviembre de 1922. Pronunciaron discursos de homenaje Clemente Palma, el alcalde de Lima Andrés Dasso y el presidente de la República, que coronó al poeta con una corona de oro macizo de veinte hojas de laurel, símbolo de las Repúblicas de América Latina. Años más tarde la corona fue pignorada por la mala situación económica de la familia del poeta. Las palabras que él leyó entonces, sentenciosas y cortantes, terminaban así: “El Perú debe ufanarse de la corona de laureles que ciñe a su poeta tanto como se engríe de las espinas que ajustaran las sienes de su Santa, pudiendo reposar sobre la seguridad de que la de espinas y la de laureles, la de Cristo y la de Apolo, según la sabia observación, son las dos únicas coronas que no han caído ni caerán jamás al empuje de la Revolución”. Se inició después otra ceremonia llamada la “Consagración” al pie del monumento de Bolognesi y allí dio lectura, Rada y Gamio, a una larga perorata, seguida por el general Antonio Castro en nombre de la comisión municipal. Chocano recorrió el Paseo Colón, hasta la Plaza Bolognesi, para asistir a la “Consagración” con la corona de oro en la cabeza y recitó una parte de La epopeya del Morro. En la noche se realizó en el Teatro Forero la “fiesta de los poetas”, en la que participaron Luis Varela y Orbegoso, Enrique Bustamante y Ballivián, Felipe Sassone y José Gálvez quien leyó, además, versos de numerosos y desiguales autores de distintas generaciones literarias. Poco después de su llegada y antes de esas ceremonias, comenzó Chocano a ofrecer una serie de lecturas de sus poemas en el Teatro Forero (más tarde Teatro Municipal) divididos a veces por temas y características. Esto ocurrió en Lima antes de que Bertha Singerman y Dalia Iñiguez trajeran el recital como multitudinario espectáculo de teatro. Al principio, por lo menos, fueron muy concurridos y constituyeron un buen negocio. El poeta aparecía solemne y hierático al leer pausada y orgullosamente en el escenario. Creaba en la sala un clima propicio, sobre todo por ser quien era, sin poseer la voz rica y grave y el ademán expresivo de Luis Fernán Cisneros, ni la capacidad para vibrar y hacer vibrar juvenilmente con su propio ritmo como José Gálvez. Los recitales tuvieron lugar también en Arequipa, Trujillo, Chiclayo y Piura. Después de su coronación viajó Chocano por Colombia, Venezuela, Guatemala y Costa Rica. En Venezuela tuvo cordiales tratos con el dictador Juan Vicente Gómez. En Costa Rica se casó en 1924 con Margarita Aguilar, no obstante su anterior matrimonio en Guatemala con Margot Batres que había seguido en varios años al que lo uniera en Lima con Consuelo Bermúdez.
el HoMBRe Sol Y el aSeSInato de edWIn elMoRe.- Un doble propósito de rendir homenaje al Libertador y de procurarse fondos que le permitiesen vivir con holgura (decía que el dinero debía ser como el aire que se aspira y se respira) trajo a Chocano nuevamente a Lima a comienzos de 1924. Recibió entonces la ayuda del Gobierno peruano materializada en una subvención de 70 mil soles para escribir el cuarto canto titulado “Ayacucho y los Andes” de un largo poema al que tituló El Hombre Sol. El costo del ejemplar de este poema (hecho a mano, con mayúsculas y minúsculas impreso en el sistema de litografía en fino papel y encerrado en estuche forrado de moiré y con ilustraciones de Raúl Vizcarra, Raúl Pro y otros artistas) era de 70 soles, suma que llegó a ser considerada entonces desmesurada. Chocano fue una de las grandes
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ADENDA
[ CAPÍTULO 6 ]