EL PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL DE MÉXICO Breve historia del partido El Partido Revolucionario Institucional (PRI) dominó la vida política de México desde su fundación en 1929 y hasta que perdió la presidencia en 2000. El PRI se fundó originalmente en 1929 bajo el nombre de Partido Revolucionario Nacional como un mecanismo para sumar las fuerzas de todos los líderes que habían sobrevivido a la Revolución Mexicana. A la cabeza del partido estaba el expresidente Plutarco Elías Calles, tras el asesinato del presidente electo Álvaro Obregón en 1928. La fundación del partido transformó la política en México. Si bien en lo individual los líderes buscaban gobernar sus propias regiones, el partido implementó políticas de alcance nacional tendientes a desarrollar tanto las ciudades como las zonas rurales. Para granjearse el apoyo para sus políticas, el partido les dio cabida a sindicatos y otros grupos sociales poderosos, conformados por agricultores y profesionistas de clase media, por ejemplo. De 1929 a 1934, México tuvo tres presidentes que gobernaron durante periodos muy breves; uno elegido por el voto popular y dos designados por el Congreso. Durante este tiempo, Calles siguió ejerciendo el poder tras bambalinas y se ganó el apodo de “Jefe Máximo”. Sin embargo, en 1936 el presidente Lázaro Cárdenas cortó relaciones con Calles, para luego exiliarlo y centralizar el control del partido bajo el mando del presidente en funciones. Cárdenas también preparó el terreno para la creación de políticas destinadas a materializar los ideales de la revolución: una reforma agraria que favoreció a los pequeños agricultores para detrimento de los grandes terratenientes y una reforma educativa que ayudó a forjar la identidad nacional de México. La prohibición constitucional de la reelección y la eliminación del ala militar del partido redujeron la tentación de los líderes políticos de la Revolución de revertir el sistema político del país y volver a la dictadura. Debido a la combinación de una maquinaria política sólida y líderes fuertes, pero también a la desigualdad de condiciones en el terreno electoral, una débil oposición y las prácticas clientelistas del PRI, el partido dominó la presidencia, el Congreso, todas las gubernaturas, las legislaturas estatales y la mayoría de los municipios durante muchas décadas. Hasta el día de hoy, el PRI es el único partido mexicano que tiene una presencia permanente a nivel local en todo el país. Su asociación con organizaciones agrícolas, laborales y profesionales le ha permitido al partido llegar hasta donde están los ciudadanos y promover sus ideales e implementar algunas políticas sociales, así como recibir retroalimentación sobre sus políticas públicas. Hasta finales de la década de 1960, cada presidente del PRI tuvo una visión distinta de cómo implementar los ideales de la Revolución Mexicana. Algunos adoptaron políticas nacionalistas, tales como la nacionalización de la industria petrolera y las barreras proteccionistas a las importaciones. Algunos buscaron aumentar la competitividad de México mediante la promoción del crecimiento industrial. No obstante, otros trataron de aumentar la justicia social al 150