De ilusión y oro. ¿Sueños cumplidos o ilusiones frustradas? Matadores de toros del siglo XXI (2001-2018)
Pina López, José Manuel “JOSÉ MANUEL PINA”
Matador de toros nacido en Álava (Vitoria) el 8 de mayo de 1975 del que no podemos aportar dato alguno referente a sus inicios como becerrista excepto que fue alumno de la Escuela Taurina de Vitoria, y que por tanto, participó en sus clases prácticas y en las becerradas de la Escuela y en las novilladas sin picadores organizada por la misma hasta que estuvo preparado para empresas mayores. Debutó con picadores en Espinosa de Henares, el 11 de octubre de 1998 (Guadalajara), compartiendo cartel con Juan Navarro y Sánchez Paradas, y novillos de Cernuño. Cortó una oreja, y como dato anecdótico diremos que era la primera novillada que se celebrada en la historia de la localidad. En la temporada siguiente, 1999, se vistió de luces dos tardes, una de ellas en Vitoria, festejo en el que dio una vuelta al ruedo, mientras que en el otro, celebrado en Brunete (Madrid), estuvo gris. En la temporada de 2000 toreó 4 novillas, una de ellas de nuevo en Vitoria, donde volvió a triunfar en tono menor al circunvalar el ruedo en uno de sus novillos. En cambió si triunfó en Cervera de Pisuerga (Palencia). Respecto a su comparecencia en Vitoria encuentro una crónica de José Luis Merino en “El País” cuyo titular es muy explícito “Ese no es el camino”, refiriéndose a la novillada celebrada en aquella plaza el 8 de abril, en la que Pina alternó con Roberto Martín “Jarocho”, de Burgos, y Felipe Silva en la lidia de novillos de Lorenzo Rodríguez García. Extraigo un fragmento que nos puede dar una breve idea: “A la fiesta de los toros ayer en Vitoria no le hizo ningún favor. No se puede organizar una novillada donde dos de los novilleros estaban más que verdes. Además, no se puede anunciar que es novillada con caballos cuando los novillos eran para novillada sin caballos. Salvando al novillero de Burgos Roberto Martín, Jarocho, que tiene maneras, tiene valor y lo hace bien, junto a él estuvieron dos jóvenes vitorianos, alumnos de la Escuela Taurina de Vitoria, que no pueden ir a la plaza de su ciudad a demostrar que no saben nada. Todos sabemos que aquellos muchachos que quieren ser toreros lo que deben hacer es torear becerradas y después novilladas sin caballos, hasta tener un mínimo bagaje para afrontar mayores empresas taurófilas. Es imposible que con tan pobres recursos se pueda llegar a torear un novillo, incluso unos novillos como los de ayer, que eran de tan paupérrima envergadura. No es una excusa el hecho de que los propios novilleros fueran los encargados de organizar la corrida. Concretamente, figuraba como organizador el padre 296
