Dónde ha quedado mi lejano país chino El gran país de todos Donde no se repiten las caras Julia Wong Kcomt, Un salmón ciego.
1. Adelantos explicativos necesarios La recopilación de cierto tipo de avisaje sobre los chinos culíes que se encuentra en el diario de El Comercio en el siglo xix, entre los mismos años en que llegaron estos inmigrantes (1850-1874) y hasta algunos años después, facilita un material inesperado y atractivo que permite conocer con alguna precisión sus edades, sus características fisonómicas, las apariencias corporales, la vestimenta e indumentaria adicional que utilizaban cotidianamente, así como las visibles huellas de las enfermedades o accidentes que tuvieron antes de que llegaran a Perú o tiempo después de su arribo. Ese mismo tipo de avisos por igual permite percatarnos de algunos aspectos de la fuga de esos mismos chinos que mayormente, en este caso a partir de esta información, estuvieron destinados a trabajar en la ciudad como servidumbre doméstica en los hogares, en los negocios y en las labores agrícolas de las haciendas vecinas y muy pocas veces algo más lejos. Este material reunido resulta de los avisos de las fugas de los chinos que, pagando algunos reales, sus propietarios colocaban en las páginas de El Comercio; o también, aunque en número mucho menor, de aquellos que encontraban a un chino fugado, pagaban su aviso y esperaban alguna recompensa, tal como era costumbre por esos años. La reacción de los patrones ante las fugas fue muy similar a la que regularmente, en décadas inmediatas anteriores (aunque también cuando aún perduraba la esclavitud y paralelamente llegaban al Callao barcos de vela con culíes1), tuvieron los dueños de esclavos en ese mismo diario y que ha sido utilizado por un historiador peruano (Aguirre, 1993), así como material muy similar en periódicos de La Habana fue usado y trabajado por Pedro Deschamps Chapeaux (1983), un historiador cubano. Para que se entienda mejor ante qué tipo de datos nos encontramos, trascribimos enseguida dos de estos anuncios tal como fueron leídos por cualquier lector de El Comercio del siglo antepasado. 1
Sobre este asunto debe recordarse que el inicio de la trata amarilla al Perú comienza en 1849 y que la manumisión de los esclavos ocurre en 1854, cinco años después.
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