El problema de la mano de obra comenzó a ser una pesadilla tan angustiante como la situación del precio del algodón en Liverpool y su demanda en el mercado internacional. El desenlace final de esta situación ocurre en noviembre de 1880 cuando el 21 de este mes todos los chinos de Palto —cerca de 90— fugan con ocasión y aprovechando la presencia de las tropas chilenas en la ciudad de Pisco y luego en todo el valle. Los años que preceden a la Guerra del Pacífico preludian igualmente una crisis; la guerra misma acentúa esta situación de consecuencias catastróficas en Palto y en la economía nacional. Son dos los factores principales que participan en la existencia y permanencia del abastecimiento regular de mano de obra china en tanto no había otra de importancia en la agricultura costeña; el primero de estos factores fue las oleadas continuas de inmigrantes culíes que son contratados; el segundo, era el sistema de recontratas. Por el contrario, son varias las razones por las que se produce un proceso de disminución de los trabajadores.
5. La importancia de las recontratas Interesa conocer la recontrata por múltiples razones. La fundamental es que gracias a ella se prolongó el tiempo de permanencia de los culíes en las haciendas y esto fue una salvación para los terratenientes costeños durante algún tiempo. Si los 194 chinos contratados de Palto representaban la posibilidad teórica de 1552 años de trabajo (194 chinos x 8 años), la suma total de los años de recontrata han sido 459 años, es decir, casi el 30% de prolongación del tiempo obligatorio de trabajo con los patrones. Cabe precisar que las recontratas no eran lo mismo que las contratas (o contratos); a pesar que en ambos casos hubo por igual un papel firmado había aspectos y circunstancias que las diferenciaban. Lo que las asemejaba era que los culíes debían seguir haciendo en la hacienda lo de siempre: trabajar en todo tipo de actividad; los patrones, de su parte, debían cumplir iguales condiciones: proporcionar alimentos, vestimenta y medicinas y dar el pago semanal de un peso. Las diferencias centrales eran dos: la primera, el tiempo de duración; y la segunda, el pago adelantado que se daba. Las recontratas se dieron por seis meses, uno o dos años —no más ni menos—; era posible, además, recontratarse varias veces según lo que ambas partes convinieran. Este tiempo concordado y obligatorio se sumaba a los ocho años obligatorios de las contratas. Si había varias recontratas, simplemente se iban añadiendo las diversas cantidades de años mutuamente aceptadas. Hubo en Palto el caso de un chino cuya suma total en tiempo de sus diversas recontratas fue de 17 años. En cuanto al total de chinos y de las veces que se convino en asumir nuevos compromisos. Presentamos al respecto el Cuadro 4. Del total de 178 chinos de los que hay información, de 27 de ellos no hay precisión sobre sus recontratas; de 38 (25.7%) se sabe que se retiraron de Palto sin recontratarse ninguna vez y que 113 (74.3 %) lo hizo una y más veces. Lo que fundamentalmente muestra el cuadro es que gran parte del grupo que se ha recontratado está centrado en la menor cantidad de veces, mejor dicho, gran parte de los recontratados solo se comprometieron a trabajar una, dos o tres veces más. Lo que faltaría en el cuadro sería la cantidad de tiempo o años que significaban estas recontrataciones, lo que se verá y analizará posteriormente.
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chinos en la sociedad peruana, 1850-2000