Las recomendaciones para el uso de energía razonable, de prudencia y de mañas estimulantes fueron cumplidas de la siguiente manera: «por más que los amonesto todas las mañanas no puedo conseguir que baje el número (de enfermos)»20. Vergonzoso es tener que decirles que hoy hay 26 (enfermos) lo que verdaderamente es un escándalo, solamente dándole palo o látigo a esta canalla pueden andar bien21. Con motivo de ir día a día aumentando el número de enfermos [había en esos momentos 35] tuve necesidad de que las amenazas que les hacía de llevarlos a Pisco a donde la autoridad, convertirlas en realidad el día de ayer a consecuencia de haber habido 24 enfermos, y el día anterior 25. Para conducirlos hice poner dos carretas y en unión del caporal me dirigí al pueblo [de Pisco] para hacerlos ver del médico y los que resultasen mañosos que el subprefecto los amonestase como efectivamente lo hizo. El número de mañosos fueron 9 de los 24, los mismo que me dijo el subprefecto que se los dejase por el día de hoy para hacerlos trabajar en el cuartel y ver si de esa manera se consigue no haya tantos enfermos. Siento infinito haber tenido que dar este paso, pero ha sido en fuerza de tantos enfermos pues no me era posible ver con indiferencia el que cada día fuese mayor el número de enfermos22.
Ni siquiera estas medidas represivas con participación de autoridades condujo a la disminución de enfermos y seudoenfermos. En octubre, noviembre y diciembre de 1877, según el cuadro anterior, se mantiene un número alto (sobrepasa el 6% aceptable) de enfermos. Por este y otros motivos el administrador Pérez Céspedes debió retirarse del fundo. Y el cambio tuvo efectos inmediatos según lo que decían los Aspíllaga al nuevo administrador llamado Pérez Albela: Por su carta la existencia de enfermos en la hacienda era de 9 y 5 en Pisco [en el hospital], los que se hallaban verdaderamente enfermos; cuanto esto sucede no nos llama la atención, desde cuando el antepasado [administrador] a usted contaba a veces en número de 30 o 40 enfermos. Tenga usted la seguridad que todo el desarreglo de ese fundo proviene de su antecesor pues en una época todo marchaba a satisfacción, de manera que con un poco de régimen [disciplina, quiere decir], esto marchará muy bien23.
Y fue así, a partir del nuevo administrador los chinos no se enfermaron tanto, pero dieron muestra de flexibilidad y adoptaron otras modalidades de rechazo a la opresión.
7. La contabilidad de las muertes A pesar de no contar con una lista completa de los chinos muertos y sus causas, a continuación presentamos una relación donde hay indicada alguna información que ayuda a comprender este asunto de 20 21 22 23
FHPa, Pa-L, carta del 24 de julio de 1877 FHPa, Pa-L, carta del 19 de octubre de 1877 FHPa, Pa-L, carta del 21 de setiembre de 1877 FHCy, Vol.8, L-Pa, carta del 7 de enero de 1878
alimentación, enfermedades y muerte en la hacienda palto
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