logró que abrieran la puerta lo que permitió comprobar que en la segunda pieza de la casa había diez chinos sentados en una mesa con botones (¿fichas?), dados, barajas y otros utensilios de juego. Comprobado lo anterior pasaron a la 7.a cuadra de la calle Trujillo, y en un cuartucho inmundo [sic] había un montículo de basura sobre el que se hallaban reunidas cerca de 30 personas entre mayores y menores de edad y que estaban alrededor de una mesa con tapete para juegos de envite. Uno de los periodistas pidió que le dieran explicaciones y un muchacho le refirió que ahí se jugaba de todo, que el local estaba abierto día y noche, ocurrían escándalos y que algunas noches un policía guardaba el orden del garito. De todo esto dieron informe al subprefecto y recibieron la siguiente respuesta: «transcribo al señor juez de 1era instancia la denuncia que hacen para comenzar un juicio. Subprefecto Ramírez»4. No llama la atención la respuesta administrativo-burocrática del subprefecto. Resulta del todo más importante que de las visitas de los periodistas se constante dos ambientes de juegos diferentes: en uno de ellos había solo chinos jugando con fichas y barajas, mientras que el otro era abierto para todo el público que quisiera asistir y hasta tenía policía nocturno para resguardar el orden.
3. Juego a diario pero escondido Un primer caso en el que encuentran a chinos jugando sucedió en el primer mes del año 1918. De acuerdo a la noticia, un oficial de la policía apellidado Cueto sorprendió en una casa de la calle Trujillo, Chepén, a un grupo de asiáticos que se entretenían jugando tablitas (fichas de mah jong?), los chinos insistían que ese juego no estaba prohibido, no obstante la policía se los llevó presos; «pero una vez hechas las declaraciones del caso, se desprenden ciertos detalles que desvirtúan la benéfica labor de la policía, pues se trata nada menos que de la desaparición de algunas prendas y dinero de los asiáticos apresados y que estos los reclaman alegando el derecho que, si deben ser castigados en conformidad con lo que dispone la ley, no asiste facultad a la policía para apoderarse de dinero o cosas que legítimamente han adquirido»5. Un segundo caso en que al vecindario le consta que funcionaba una casa de juego de día y de noche, y que cuando van las autoridades no encuentran nada, sucedió en el verano del año 1919. La denuncia se venía haciendo desde algún tiempo atrás. Se trataba de una casa en la calle San Pedro frente a la plaza del Mercado, los vecinos afirmaban y afirman que ahí se jugaba. Y no se halló nada a pesar de que el señor gobernador estuvo acompañado de algunos policías, quienes no tuvieron resultado alguno, «ni siquiera había vestigios que permitieran ver que la acusación tenía algún fundamento»6. La intención controladora se ejercía en un momento sobre las garitas a pesar de que se admitía su existencia; otra cosa era el control sobre los juegos donde había apuestas en dinero que no parece que solo hubiera contra los inmigrantes chinos. Una denuncia periodística informa que en el pueblo Jequetepeque había un salón nocturno en la calle Real, «al lado de la acequia donde muchos jóvenes
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La Unión, Chepén, 3 de agosto de 1919, año VI, N.º 535. La Unión, Chepén, jueves 24 de enero de 1918, año V. La Unión, Chepén, 9 de marzo de 1919, año VI, N.º 495.
juegos en el valle del jequetepeque
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