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[i] L deSArrOLLO UrBANO.- Gran parte de la actual estructura urbana de Lima surgió entre 1919 y 1930 o ha provenido del impulso entonces iniciado. En 1920 y aun en los años inmediatamente posteriores, la ciudad terminaba por el lado sur en las calles transversales del Paseo Colón; el único servicio de transportes a Barranco, Chorrillos, Miraflores y la Punta era el que se efectuaba mediante el tranvía; no se anunciaba que pudieran nacer los núcleos urbanos de San Isidro, Chacra Colorada, Jesús María, Lobatón, Balconcillo, Breña, y Lince; no había sido hecha la plaza San Martín. Se vivía con lentitud, formalismo y mesura. En sus modas, en su educación y en su trato, las mujeres no vivían lejos del ambiente y de la sicología de sus madres y de sus abuelas. Las familias más acaudaladas o más prominentes moraban en sus antiguas casas de grandes patios y ventanas de reja. José Pardo tenía la suya en la calle Santa Teresa; Antero Aspíllaga en la de San Pedro; Augusto B. Leguía en la de Pando; Guillermo Billinghurst en la de Gallinazos; Javier Prado en la de General La Fuente; Mariano Ignacio Prado y Ugarteche en la de Corcovado; Enrique Barreda en la de Belén; Ramón Aspíllaga en la de Mogollón; José de la Riva-Agüero en la de Lártiga. Entre las arterias consideradas de especial distinción en la ciudad estaban la recta que une a la Plaza de Armas y la plaza Bolívar que ahora lleva el nombre de jirón Junín y las calles Belén y Amargura. Otras de las residencias señoriales eran la que perteneciera a Luciano Benjamín Cisneros en la calle Botica de San Pedro, la de los Vernal en Baquíjano, la de los Garland en Correo, la de las familias Arenas, Mendoza y Ayulo en Zárate, la de Astete y Concha en Polvos Azules, la de Vonder Heyde en Divorciadas, la de García y Lastres en el Quemado, la de García Irigoyen en Amargura, la de Paz Soldán en Boza, la de Castillo y Boza en esa misma calle, la de las familias Álvarez Calderón y Soria en Belén, la de Porras en Mogollón. Cuando en la segunda década del siglo XX, el gran millonario Eulogio Fernandini se decidió construir lo que, en aquel entonces, era considerada una gran casa, escogió para erigirla la calle La Riva en el jirón lca. El crecimiento de la capital durante el Oncenio leguiista tuvo intensidad vertiginosa. La urbanización del fundo Santa Beatriz, en 1922, fue el punto de partida para la aparición de extensas áreas urbanas no sospechadas por los limeños de antes. Entre Lima y Miraflores se abrió la avenida Leguía llamada Arequipa después de la revolución de 1930, (por lo cual el gran historiador Jorge Guillermo Leguía se presentaba ante sus amigos dándose entonces el nombre de “Jorge Guillermo Arequipa”). A lo largo de esta recta y extensa arteria con dos pistas y de seis kilómetros de longitud (1) se levantaron residencias y se crearon barrios a los que fueron trasladándose muchas familias y en las zonas vecinas edificáronse casas de próspera o (1) Aunque audaz para la época, la avenida Leguía tuvo, en sus dos pistas, un ámbito que con el tiempo ha resultado demasiado estrecho, mientras viene a ser en exceso amplia la zona central en donde pueden pasear los peatones. Tampoco se hizo, con miras al futuro, una previsión para el desarrollo de las vías de comunicación entre Lima y las urbanizaciones y balnearios del sur.
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PERÍODO 7
[ CAPÍTULO 9 ]