EL RÉGIMEN DEL ONCENIO Y EL RENACIMIENTO DE LA HISPANIDAD DURANTE EL ONCENIO DE LEGUÍA. A PESAR DE LA CRECIENTE INFLUENCIA ESTADOUNIDENSE, SE DIO UN NOTABLE IMPULSO A LAS RELACIONES CON ESPAÑA. EVIDENCIADO EN LAS CELEBRACIONES DE LOS CENTENARIOS DE LA INDEPENDENCIA Y LA BATALLA DE AYACUCHO, DONDE LOS ELEMENTOS HISPANISTAS FUERON INCORPORADOS AL DISCURSO NACIONALISTA DE LEGUÍA.
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[ capítulo 41 ]
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l tema de la hispanidad en el gobierno de Leguía es visto por Ascensión Martínez Riaza en su artículo “El Perú y España durante el Oncenio. El hispanismo en el discurso oficial y en las manifestaciones simbólicas (1919-1930)”, en: Histórica, vol. XVIII. N° 2, diciembre, 1994, pp. 343-348, donde dice lo siguiente: “( ... ) del análisis del discurso oficial se deriva que el hispanismo va a ser modelo ideológico utilizado por el leguiismo para tratar de situarse en la historia, lo que no deja de sorprender teniendo en cuenta que Leguía trata de liquidar las bases de la República aristocrática y que se vuelve a Estados Unidos para impulsar el sistema económico intensificándose la participación de capital, empresas y técnicos norteamericanos en el país. Durante el Oncenio coinciden una serie de situaciones que dan pie a las instancias oficiales y a portavoces autorizados para hacer manifestaciones de declarado hispanismo. Los discursos insisten en la importancia de la lengua, la religión y la historia comunes que han contribuido a la conformación de una comunidad a la conformación de una comunidad iberoamericana en la que se reconoce a España como la madre patria ya las Repúblicas americanas como sus hijas. El concepto de “raza” en el que ambos lados insisten no deja de ser eminentemente retórico, sin implica-
ciones étnicas ni socioeconómicas. Se acude a la civilización incaica como parte integrante de la historia peruana, grande y avanzada como lo fue la civilización europea. De la unión de ambas, a raíz de la admirable gesta del descubrimiento, ha surgido el Perú. El indio no se integra como tal en esa comunidad, como tampoco los otros grupos étnicos que viven en el país, en la línea del más puro nacionalismo tradicional. De la lectura de los numerosos discursos que se pronuncian en actos que tienen como propósito celebrar o conmemorar algún acontecimiento de relevancia histórica en el que España tiene algún protagonismo queda un rasgo que debe resaltarse. Es que muchos de ellos son intercambiables, es decir, sustituyendo palabras como España por el Perú o monarca por presidente de la República, o ‘madre patria’ por ‘hijas’ son atribuibles indistintamente a un emisor peruano o español. Los conceptos clave están presentes en unos y otros y el lenguaje elogioso y retórico es equivalente. Como casos ejemplares en los que se difunde ese ‘mensaje’ se seleccionan aquí: la asunción delinca Garcilaso y Francisco Pizarro como elementos constitutivos de la historia del Perú; la celebración del centenario de la independencia en 1921; la visita oficial del cardenal Benlloch en 1923, en representación del Papa y del monarca español, y el centenario de Ayacucho en 1924”.