por carencia de un clima y condiciones de libertad para votar, quedan en pie solo piadosas ficciones de ideas democráticas e instituciones republicanas”. (p.4). En 1931 no se presentó en el Perú el espectáculo antes eventual de un candidato de las fuerzas oficiales conservadoras apoyado por la maquinaria del Estado, las fuerzas económicamente más poderosas y buena parte de los elementos culturales mejor colocados, contra el candidato, por sentimiento romántico a avideces mesocráticas o actitudes demagógicas, encarnará el anhelo popular. La Junta Nacional de Gobierno, nacida para presidir las elecciones, no presentó candidato y acaso era demasiado débil para tenerlo y los miembros de ella pasaron bien pronto a formar parte de las filas de los perjudicados con los resultados de los comicios o a recaer en la oscuridad del anonimato del que debe salvarlo la historia justiciera.
rAfAeL beLAUnde (1886-1972)
LA COnCenTrACIón nACIOnAL y LA fórmULA de rAfAeL beLAUnde.- Rafael Belaunde es el último secretario que tuvo Piérola, fue abogado de su hermano Víctor Andrés Belaunde cuando este llego a ser apresado en julio de 1921. Oficial mayor del Senado con veinte años de servicios en dicha Cámara, no ocultó en 1924 que era opuesto a la reelección presidencial; y una persona que tenía interés en su cargo lo indispuso con las autoridades políticas y, por ello, llegó a ser apresado el 25 de setiembre de 1924. Enviado en la madrugada siguiente a la isla de San Lorenzo, se encontró frente a un retrato del presidente Leguía en el despacho del comisario y prorrumpió en un “Viva Piérola” que fue escuchado dese lejos por los presos. Ellos, entre los cuales estaban algunos prohombres del antiguo civilismo, se extrañaron luego ante su nuevo compañero de desgracia por la ocurrencia de vitorear a un muerto. Rafael Belaunde repuso que sus interlocutores eran adversarios de Leguía entonces, pero que antes habían sido sus correligionarios, pues el gobernante de 1919-1930, en su primera administración de 1908-1912, y antes de ella, perteneció al Partido Civil. Agrego que él había vivido a un símbolo al evocar a quien fuera, por civismo, adversario de Leguía en todo momento. Profesor de la universidad de Miami durante varios años, Rafael Belaunde regresó al Perú en 1931 llamado por su amigo y antiguo correligionario David Samanez Ocampo y por su camarada de la isla de San Lorenzo Gustavo Jiménez, para ocupar el cargo de asesor de la Junta Nacional de Gobierno. Pero no aceptó dicho puesto, pues prefirió formar, junto con Augusto Pérez Araníbar, Amadeo de Piérola y Manuel Polar, un comité político. Buscó gente respetable que ofreciera garantías para todos y que no pudiese ser tachada de plutocrática. Pérez Araníbar, habíase dado a conocer como un filántropo prestigiado por su actuación en la Beneficencia de Lima y como médico estimable; Amadeo de Piérola ostenta el título de hijo del caudillo demócrata y había sido miembro fundador del partido nacional democrático o “futurista”, sin actuación política a favor o en contra de Leguía; y Juan Manuel Polar, intelectual ilustre, era, además, cosa importante entonces, arequipeño. A juicio de Rafael Belaunde, la antigua posición a Leguía no contaba con un candidato dotado de suficiente estatura para ir a la presidencia de la República en 1931 con fuerza propia y era necesario buscar una fórmula para consagrar a una personalidad mediante una convención. No había partidos pues los viejos habían muerto y los nuevos recién se formaban; pero, a su juicio, las fuerzas vivas del país, mediante delegados de tipo gremial y regionalista, por encima de los factores políticos anarquizados y debilitados, podían agruparse momentáneamente. Belaunde, Pérez Araníbar, Piérola y Polar lanzaron un manifiesto con el objeto de organizar a la ciudadanía para, en primer lugar, apoyar a Samanez Ocampo en su breve tarea; en segundo término, facilitarle una cooperación técnica sin respaldo incondicional; y por último reunir una asamblea de la cual pudiera salir una candidatura robusta a la presidencia de la República. Debía dicha asamblea integrarse, según la fórmula que propusieron, con un 20% de obreros, un 20% de propietarios de tierras, un 15% de profesionales, un 15% de comerciantes e
el político y diplomático arequipeño ejerció la defensa legal de su hermano víctor Andrés cuando este fue apresado, en julio de 1921. rafael belaunde inició su carrera burocrática en 1901. Trabajó en el ministerio de fomento, en la cámara de senadores y en la biblioteca nacional. en 1924, fue encarcelado y desterrado por oponerse a la reelección presidencial de Augusto b. Leguía. en 1933 fue nombrado embajador en méxico y seis años más tarde, en santiago de Chile. en 1945 fue designado ministro de gobierno y presidente del Consejo de ministros.
[ CAPÍTULO 4 ] PERÍODO 8
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