CAMBIOS MINISTERIALES
En mayo de 1932, fue nombrado ministro de Gobierno el ex prefecto de Lima Julio Chávez Cabello (aquí en una fotografía de 1917). Chávez entró al cargo en reemplazo del ministro Luis A. Flores, quien fue censurado por el Congreso de la República debido a un incidente derivado de la sublevación ocurrida en los cruceros Grau y Bolognesi.
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PERÍODO 8
[ CAPÍTULO 6 ]
conmovido alegato acerca de su conducta y de sus miras, relató que turbas asalariadas atacaron su domicilio después del crimen frustrado de Mirafiores y mencionó la necesidad de un Gabinete de significación nacional. Los descentralistas presentaron una moción para que se declarara que el ministro Flores había perdido la confianza del Parlamento con motivo de la prisión de Merino .La actitud de Eguiguren fue decisiva para el resultado sorprendente que el asunto tuvo. Se adujo luego por representantes gobiernistas que no se consultó la admisión a debate de la moción en mesa y que directamente ella fue aprobada sin pasar a la orden del día. Una vez terminada la sesión, en el salón de la Presidencia del Congreso, Pablo Ernesto Sánchez Cerro, representante por Piura y hermano del presidente de la República, pretendió agredir a Eguiguren. El 20 de mayo se produjo, a pesar del estado de sitio, la manifestación de una turba hostil a este frente al recinto parlamentario. Pablo Ernesto Sánchez Cerro instigó a la guardia para que no obedeciera las decisiones del presidente de ese poder del Estado. El presidente Sánchez Cerro formó un nuevo Gabinete bajo la jefatura de Ricardo Rivadeneira. Salieron los ministros parlamentarios Flores, Sayán Álvarez y Lozada Benavente, pero quedaron los demás. Para el portafolio de Gobierno fue nombrado Julio Chávez Cabello, el Prefecto de Lima que sacó a los representantes apristas del Palacio Legislativo. El Congreso dio a este flamante Gabinete un voto de confianza (21 de mayo de 1932).
LA CENSURA AL PRESIDENTE DEL CONGRESO.- En la sesión del 23 de mayo de 1932 fue presentada una moción cuya fecha era el 20 de mayo, suscrita, según se dijo, en el Palacio de Gobierno, para declarar vigente el Reglamento contradicho por Eguiguren según allí se expresó (aunque al respecto hubiesen testimonios contradictorios) al someter al voto una moción sin haber consultado antes su admisión al debate y al intervenir sobre un punto en debate sin dejar la presidencia al vicepresidente de la Asamblea. Luis A. Flores convertido ya en exministro, intervino para hacer graves inculpaciones políticas al personaje censurado. El presidente de la Asamblea, Clemente J Revilla, dio por aprobada dicha moción contando a los representantes que habían salido a los pasillos. Eguiguren, ausente en esta sesión, se defendió con una nota dirigida a los Secretarios del Congreso. Según él, llegó a contar, si se sumaba a los representantes deportados, con 74 votos, lo cual, a su juicio, permitía descubrir la razón capital que había movido al Gobierno a desmembrar al Parlamento. En el documento antedicho denunció los ataques oprobiosos que se le hacían; expresó que era leal a la Constitución y a las leyes; recordó que el 17 de noviembre de 1931 salvó la dignidad del fuero de la mayoría y el 14 de febrero de 1932 defendió a la minoría; protestó del allanamiento del Congreso y pidió luego, otra vez, un Gobierno de relieve nacional; manifestó además que se negaba a renunciar el cargo que ejercía por encima de los partidos; e insistió en que el Parlamento exigiera el cumplimiento de sus decisiones, la reintegración de quienes habían sido alejados violentamente de él y la devolución de sus garantías. Se renovaron las manifestaciones públicas en contra del fogoso representante por Lima y hubo entre sus colegas quienes, después de secundario, se intimidaron. Poco después publicó el escrito Mi única respuesta en volantes, en El Callao y en La Sanción y viajó a Chile. Antes de partir, dirigió una nueva carta al presidente de la República con la finalidad de aconsejarle moderación y tuvo un duelo con Flores. Con fecha 11 de agosto de 1932 (víspera del regreso de Eguiguren al Perú) Víctor M. Arévalo presentó una moción en el Congreso para que se eligiera nuevo presidente. Se basó en que Eguiguren no había renunciado después del voto del 23 de mayo del mismo año y en que se había ausentado del territorio nacional sin solicitar el respectivo permiso, lo cual implicaba abandono del cargo. Fue aprobada por 63 votos contra 18. Clemente J. Revilla quedó elegido presidente de la Asamblea Constituyente. El primer vicepresidente fue Octavio Alva, representante por Caja marca. Alva, nacido en Contumazá en 1882, aunque oriundo de otra región completamente distinta, tenía algunas similitudes en su carrera política con la de Revilla.