D iccionario
biográfico - estadístico de los matadores de toros españoles olvidados del siglo
XX
consiguiendo en esta faceta la fama y el reconocimiento que en su época de matador no había conquistado. En este sentido cabe destacar que ha sido ganador de numerosísimos trofeos, que sería ardua tarea enumerar aquí. En 1988, por ejemplo, fue el ganador del trofeo “Agustín Díaz Michelín” al mejor subalterno de la feria de Ciudad Real. Retirado de la profesión por la edad, continuó vinculado al mundillo taurino como presidente de la Asociación de Picadores y Banderilleros hasta 2009, aunque en los ruedos figure en la actualidad otro Jaro entre las mejores cuadrillas, su hijo David. Como dato anecdótico cabe señalar que él mismo se diseñaba sus trajes de torear que nunca se destacaron por su belleza.
Navarro Escalante, Manuel “MANUEL NAVARRO, NAVARRITO”
Matador de toros natural de Brenes, Sevilla, nacido en 1890, hijo del conocedor de la ganadería de Benjumea. El ambiente familiar en el que se crió, entre toros y toreros fue muy propicio para que pronto sintiera la llamada del toreo y tuviese además la oportunidad de probarse en los tentaderos y en novilladas para principiantes, haciéndolo en Sevilla el 7 de junio de 1908, y más tarde en Barcelona y en la plaza de Tetuán de las Victorias de Madrid, debutando por fin en la plaza de toros de Madrid, en la primera corrida nocturna de su historia, celebrada el 10 de septiembre de 1912, en la que estoqueó en solitario un novillo del Duque de Veragua. Por su interés transcribo parte de la reseña que figura en la magna obra “Anales de la Plaza de Toros de Madrid (1901-1934)”, de Víctor Pérez López, con prólogo de Rafael Cabrera Bonet: “Navarro toreó con valentía y buen estilo, mató de estocada caída y otra muy buena, ovación, petición de oreja y dos vueltas al ruedo. Picaron Avía y Artillerito. Banderillearon Torerito de Madrid y Mellaíto. Fue ayudado por los matadores de toros, en traje de calle, Camisero, Capita y Platerito. Antes del festejo la Banda Municipal interpretó varias piezas musicales. Al final de la lidia actuaron 32 húsares de la Princesa y de Pavía que hicieron un lúcido carrusel. Asistió el Infante D. Fernando. La entrada fue muy buena”. Continuó toreando los años posteriores en plazas de escasa categoría no respondiendo a las expectativas que en principio había despertado en la afición, por lo que, seguramente con la intención de ver su sueño cumplido de ser matador de toros, decidió tomar la alternativa en Fregenal de la Sierra (Badajoz), el 23 de septiembre de 1921,
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