Francisco Rodríguez Aguado
logró pases aseados. En el quinto dio unas verónicas aceptables y en el sexto hizo un quite por gaoneras. Banderilleó sin lucimiento y no pudo con el bovino”. No toreó en 1980, y lo hizo en una corrida en 1981, dejando pasar en blanco la temporada de 1982. En 1983 toreó 2 corridas y 3 en 1984, bajando de nuevo a una en 1985. No toreó en 1986, toreó 1 corrida en 1987, ninguna en 1988, y 1 en las temporadas de 1989 y 1990, retirándose definitivamente del toreo en la última de ellas sin haber confirmado su doctorado en Madrid. La corrida de su despedida del toreo como matador de toros, que no de los ruedos, porque inmediatamente se hizo banderillero, fue en Majadahonda (Madrid), el 16 de septiembre con un encierro de Luis Albarrán, alternando en su lidia con Paco Alcalde y Manuel Ruiz “Manili”. Serafín Payá fue ovacionado en su lote. Había toreado 17 corridas de toros en su carrera.
Peláez Rodríguez, Luis Francisco “LUIS FRANCISCO PELÁEZ”
Matador de toros de Madrid, nacido el 27 de octubre de 1931, aunque desde muy pequeño residió en Talavera de la Reina (Toledo), razón por la cual se le considera como natural de aquella ciudad. Los inicios de su carrera profesional hemos de situarlos en 1948, cuando vistió por primera vez el traje de luces en Arenas de San Pedro como sobresaliente. Dos años después, debutó con picadores en Utiel, el 11 de septiembre del susodicho año 1950, toreando corto número de festejos. En 1952, por ejemplo, toreó 12 novilladas, igual número que torearía en la de 1953, siendo una de ellas la de su presentación ante el público madrileño de Las Ventas el 28 de junio, alternando con José Luis Méndez y Manuel Bernardez Zerpa “Manolo Zerpa”, en la lidia de reses de la divisa de Rodríguez Santana, siendo herido gravemente al banderillear al tercero de la tarde, motivo por el que quedó la novillada reducida a un mano a mano, corrida en la que “había apuntado estilo y conocimientos poco comunes en un novillero de tan corta historia” según escribió “Barico” en el semanario “El Ruedo”. Reapareció en Las Ventas tras su grave percance enfermo de importancia, pero no quiso perder la oportunidad de torear ente la afición madrileña e hizo cuanto pudo y toreó y mató muy bien. Tomamos la parte correspondiente a nuestro biografiado de la crónica que escribió “Barico” en “El Ruedo”: “El segundo bicho hizo buena pelea con tos caballos y llegó a punto de caramelo a la muleta. Lo aprovechó bien Peláez, muleteándolo con las manos bajas,
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