Retroalimentación entre compañeros
rápido. La evaluación entre compañeros también promueve un mayor tiempo en la tarea, ya que los estudiantes piensan, analizan, comparan y se comunican (Topping 1998). Diversas investigaciones, como la de Liu y Carless (2006) y Falchikov (2001), informaron que la evaluación entre compañeros era más lenta que la evaluación tradicional. El factor tiempo puede generar desaliento, en particular porque la primera generalmente es más compleja que la calificación del profesor. El tiempo también es un elemento que afecta el desarrollo de los programas de enseñanza, ya que cuando los docentes son presionados para cubrir una vasta cantidad de contenido en un módulo específico, pueden percibir la retroalimentación entre estudiantes como un trabajo extra no deseado. Pero, ¿por qué los profesores piensan que la evaluación no debe usarse para desarrollar la capacidad de los estudiantes para evaluarse entre sí? Si observamos los problemas discutidos antes, parece que este desafío afecta más a los docentes que a los alumnos. Esto es así porque el profesor es quien debe dedicar más tiempo a la planificación y ejecución de la evaluación entre compañeros, y quien debe ceder algo de poder al grupo. Así, la confiabilidad es un problema tanto para los estudiantes como para los docentes, pero es el educador quien debe garantizar que las evaluaciones sean confiables. Solo el tema de la expertise percibida es más una preocupación del alumnado que del profesorado.
Retroalimentación entre compañeros y evaluación entre compañeros A estas alturas resulta indiscutible el potencial que tiene la retroalimentación entre compañeros para mejorar el aprendizaje de los estudiantes. No obstante, este potencial se puede ver socavado si predominan procesos de evaluación entre pares que emplean calificaciones. Investigaciones realizadas en otros contextos –como Hong Kong (Liu y Carless 2006)– indican que un número significativo de profesores y alumnos se resisten a la 123