Capítulo Uno. Fundamentos de retroalimentación
Origen de la retroalimentación Aunque en años recientes la retroalimentación o feedback ha cobrado un mayor protagonismo, consideramos que todavía continúa estando eclipsada (al igual que ocurre con la evaluación formativa) por la evaluación sumativa, quedando relegada a un papel secundario en las publicaciones que versan sobre la evaluación del aprendizaje. La retroalimentación es otra de las nociones que ha sufrido la estrechez de la perspectiva conductista de la evaluación, que ha dominado durante tanto tiempo la escena educativa. Pero, antes de adentrarnos en su empleo en la enseñanza, es importante revisar de dónde proviene el concepto de retroalimentación y qué significa en sus disciplinas de origen. Como proceso, la retroalimentación no surgió en el campo de la educación. La noción “retroalimentación correctiva” obtuvo preponderancia gracias al aumento de la mecanización en la Revolución Industrial, y fue una parte necesaria del desarrollo de las primeras máquinas de vapor. Se basaba en la idea de que una máquina podía regularse a través de la medición de sus resultados (por ejemplo, cuánto vapor había producido) y la devolución de esta “información sobre el desempeño” al sistema para su supervisión. El concepto de retroalimentación utilizado entonces era que un motor, o de hecho cualquier sistema mecánico, podía ser regulado 21