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Por ello, la polémica surge máxime si tenemos en cuenta la propia juventud de esta profesión, que ocasiona sin duda la falta de una profundización en su análisis. Desantes Guanter afirma al respecto que «las profesiones informativas, incluso la más veterana que es la profesión periodística, son muy recientes con respecto a otras. Tienen, por tanto, los balbuceos de algo que no está todavía completamente consolidado, como lo tuvieron las demás profesiones en su origen». Trasladado ello al campo de la enseñanza de la información, que es donde se plantea la discusión, hay que indicar lo que Aguinaga afirma que tanto en sentido estricto (concepto) como en sentido general (ámbito del concepto), la enseñanza de la información no adquiere entidad propia hasta fechas relativamente recientes. La cualificación como nota específica del informador debe tener su raíz en dos circunstancias que le permiten separarse de los restantes sujetos analizados o por analizar, en el campo del Derecho a la información: la formación adecuada y la dedicación profesional. Es seguro que el informador precisa de una formación especial humanística y técnica que le será cada vez más necesario en relación a la especialización profesional y que la sociedad cada vez demanda permitiéndole hacer frente a los retos específicos que el público le exige. La titulación del sujeto profesional29 Si se acepta la cualificación profesional del periodista o comunicador social en el marco de la formación universitaria, el siguiente paso es preguntarnos ¿debe ser o no la profesión periodística una profesión titulada? Entre las razones en contra de la titulación existe un temor fundado en el miedo al control administrativo que pueda suponer su exigencia y el temor y rechazo subsiguiente a cualquier intervención del Estado en el campo de la información. Ello no obstante se podrá obviar con una postura de absoluta libertad en el punto a la formación y acceso a la profesión, y con reconocerle importancia a los Colegios Profesionales, integrados y controlados por los mismos profesionales dignificando y defendiendo la profesión. Lo que no se puede mantener es el otorgamiento de la matrícula y por consiguiente del carnet en manos del Ministerio de Trabajo como ocurre en nuestro país por la ley 12908. La titulación del sujeto profesional. Rasgos definitorios dela profesionalidad Como en toda profesión, en la de la comunicación social, conviene fijarse rasgos específicos que la configuran. Algunos de estos rasgos ya han sido analizados bajo los términos cualificación o idoneidad citadas anteriormente. Conviene también analizar aquellos otros que sirven para estructurar de una manera más nítida el contorno específico de esta profesión. 1 -Vocación Podemos definirla como el “llamado” que siente cada persona para un cierto trabajo y que es querido y deseado por ella, y específicamente al informador como el rasgo que indica al profesional que informa, porque lo desea y siente aptitud de querer hacer eso para lo que se siente apto. Ese querer hacer algo se traduce en el deseo de comunicar a los demás lo que éstos esperan y necesitan saber para una mejor comprensión del acontecer en su entorno. 2 - Formación En toda profesión, y por tanto la comunicacional está incluida, necesita un proceso formativo de carácter específico y máxime teniendo en cuenta la repercusión social de la comunicación en nuestros días.
29 Ver nota 1 unidad 1