170 | Francisco Quiroz
restricciones en el trabajo domiciliario o en la manufactura descentralizada.1 Se debe tomar en cuenta que la industria local siguió un rumbo inverso al de la minería de plata. El auge de la producción manufacturera urbana y rural tuvo lugar en tiempos de recesión en la minería (desde mediados del siglo XVII hasta la segunda mitad del siglo XVIII) y esto no es casual. El dinero que circulaba en la economía peruana gracias a la bonanza minera propiciaba el consumo de productos manufacturados de origen foráneo, en tanto que, sin esos recursos, la economía local empleaba productos locales en mayor escala para cubrir las necesidades del amplio mercado virreinal. También es necesario destacar que, en tiempos difíciles para la manufactura colonial, tanto el productor artesano urbano como el chorrillo rural demostraron estar mejor preparados que el gran productor para afrontar la recesión descentralizada del mercado.2
I. Industria y colonialismo Es conocido que España diseñó para el Perú una economía basada principalmente en la extracción de riquezas minerales, por medio de la adaptación de instituciones laborales, políticas y sociales prehispánicas que servían a su propósito de acumulación mercantilista colonial; sin embargo, no era posible que una economía fuera meramente extractiva y, pronto, los centros mineros y otras ciudades del país se convirtieron en mercados importantes que dieron vida a una economía muy compleja que satisfizo las necesidades mineras, pero que también adquirió una dinámica propia. La agricultura, la ganadería, el comercio local y trasatlántico, así como las actividades transformadoras, eran parte de un esquema económico que se instaló con la consolidación del dominio colonial, la crisis del sistema de encomiendas y la ampliación del mercado interno 1.
Los obrajes y otras industrias rurales han recibido gran atención en la literatura especializada. Luego del trabajo pionero de Silva Santisteban (1964), se pueden hallar trabajos regionales mejor documentados en: Money 1983; Salas 1998, 2004; Escandell-Tur 1997; León Gómez 2002; y Hurtado Ames 2006. Sobre los obrajes de Arequipa, véase Brown 2008: 82 y 98. La industria rural no textil ha sido estudiada en dos trabajos importantes: Ramos 1989 y Aldana 1988. La industria azucarera está registrada en la abundante historiografía sobre las plantaciones cañeras de la costa y la sierra.
2.
He dedicado varios estudios al productor urbano limeño colonial —artesano y manufacturero—. Véase en especial: Quiroz 1995, Quiroz y Quiroz 1986 y, recientemente, Quiroz 2008. Fuera de Lima, el estudio del artesanado urbano ha sido menos consistente, excepto para las ciudades del Cuzco y Arequipa. Para tiempos coloniales en el Cuzco, se cuenta con el artículo del arquitecto argentino Ramón Gutiérrez (1979), que refiere lo estrictamente normativo, y un texto más reciente y mejor documentado referente al cambio de la Colonia a la República del historiador alemán Thomas Krüggeler (1991). De otro lado, también para fines del período colonial, el historiador Santos Cesario Benavente Véliz (1995) ha examinado la actividad económica de los artesanos de Arequipa.