El comercio colonial en el siglo XVIII | 233
evidente que el control ejercido por los comerciantes, tanto de Lima como de México, impedía el cumplimento de cualquier legislación que limitara el comercio intercolonial. Las ganancias que dejaba el mismo eran demasiado importantes como para impedirlo, por lo que incluso los virreyes no se oponían, lo que generaba un intenso contrabando en el cual estaban muchas veces involucrados no solo los mercaderes, sino también las autoridades virreinales y los funcionarios de aduana.
5. La interferencia extranjera en el comercio español La intromisión en el comercio intercontinental por parte de extranjeros se dio desde el comienzo mismo de la Carrera de Indias, debido a la amplitud de las costas del imperio español en América, ya que no había una frontera definida entre las posesiones de las distintas potencias en América del Sur. De esta manera, mercaderes portugueses ingresaban clandestinamente al territorio español a través del puerto de Buenos Aires, el cual si bien contó con una gobernación desde mediados del siglo XVI, el inmenso estuario del Plata se presentaba como el “camino más próximo y fácil para alcanzar el Perú”.24 Por el Pacífico, los portugueses ingresaban desde Macao tanto a Nueva España como al Perú; y en Lima abrían tiendas para vender todo tipo de productos, ya sea especias venidas de la India, como sedería procedente de Filipinas. Por lo tanto, hablar de la Carrera de Indias sustentada en un acendrado monopolio es un tanto equívoco. El mundo mercantil de la época colonial estaba tan globalizado como en la actualidad y los intercambios conectaban distintos circuitos mercantiles que iban más allá de un camino de ida y vuelta a y desde España. Por otro lado, la producción industrial española era muy escasa y siempre se necesitaron productos extranjeros para cubrir las necesidades de América, lo cual impidió que los beneficios económicos llegaran de manera proporcional a las arcas de la Monarquía española. Como sostiene García Baquero,25 la gran cantidad de leyes y ordenanzas dictadas sobre la intervención extranjera evidencia la amenaza que significaba para la Corona de España. La razón de esta prohibición respondía a razones de índole fiscal, además de políticas y religiosas. En estas circunstancias, el sistema de puerto único se manifestó como el mejor medio para controlar no solo la llegada a América de personas indeseables, sino también la no intervención de otras regiones de España en el comercio intercontinental. Así, los distintos puertos españoles debieron canalizar sus intercambios con el Nuevo Mundo a través del complejo sevillano.26 24. Braudel 1984, II: 29. 25. García-Baquero 1976: 95. 26. Ibídem 1976: 101.