Fiscalidad y gastos de gobierno en el Perú borbónico | 361
específicas del momento. Tal fue el caso, por ejemplo, de la sublevación de Túpac Amaru, cuya represión provocó el aumento de los gastos de guerra hasta los 2,5 millones de pesos en 1782, período en el cual los situados se redujeron considerablemente en la contabilidad de la caja real de Lima. En general, los gastos de Guerra y Situados mostraron una gran correlación y una curva ascendente durante todo el siglo XVIII.93 Solo con el advenimiento de la guerra revolucionaria a partir de 1809, ambos índices se distanciaron considerablemente debido a la priorización de los gastos de defensa dentro del virreinato.
2. Situados Los situados eran los fondos transferidos en calidad de subsidios desde los grandes virreinatos continentales a algunos territorios ubicados en áreas periféricas, pero estratégicas, para la defensa del imperio español, las cuales no podían mantenerse con sus propios ingresos. Estas remesas sirvieron básicamente para cubrir los crecientes gastos militares de las plazas fuertes que servían como bastión contra el ataque de enemigos exteriores (bandas de piratas o ejércitos extranjeros) o interiores (indios salvajes). Según palabras del virrey Francisco Gil de Taboada, El oportuno auxilio de caudales que se dirigían de los fondos de la Real Hacienda de este Virreynato para la conservación y defensa de las plazas de Valdivia, Chiloé y Panamá, y que se conoce con el nombre de situados, es una de las graves atenciones de este Gobierno, y un comprovante de la grandeza y majestad de nuestros Soberanos en este Continente.94
Los situados eran remitidos por la caja real de Lima y se dirigían hacia tres regiones específicas: en el sur, a Chile, Valdivia, Concepción, Chiloé e islas Juan Fernández; en el norte, a Panamá; y en el oriente, a la provincia de Mainas. Los montos para cada uno de los situados eran regulados en función a las necesidades defensivas de las plazas militares y las posibilidades financieras de la Hacienda peruana. Estos subsidios empezaron a ser remitidos desde 1584 y los últimos fueron enviados en 1820, como lo indica el gráfico 11. El primer situado para la frontera sur fue enviado a Chile, con el objetivo específico de solventar los gastos de guerra contra los indios araucanos. Las remesas de la caja de Lima datan desde 1584, en un monto aproximado a los 80 mil pesos anuales. En 1603, fue necesario aumentar el situado a 160 mil pesos 93. Varios autores coinciden en señalar que hubo un aumento en los gastos de Defensa, como respuesta a las reformas militares borbónicas y las urgencias bélicas durante la segunda mitad del siglo XVIII. Véase Klein 1994; Céspedes 1953; Fisher 1981; Campbell 1978. 94. Lorente 1859, VI: 295.