Toledo
La ciudad, dependiente ahora del califato de Córdoba, registró sucesivas rebeliones, hasta convertirse en la Taifa de Toledo, y su rey, ya tributario de Castilla, finalmente abrió sus murallas en el 1085 a Alfonso VI, bajo el pacto de que se respetaría la libertad religiosa y las costumbres de sus habitantes.
La ciudad de las tres culturas
T
oledo (en lo alto), la hermosa ciudad que se levanta en una colina a más de 100 metros sobre un torno del Tajo que la ciñe, tiene una historia milenaria. Habitada por los carpates (originarios de los montes Carpatos), tras una tenaz resistencia fue conquistada por los Romanos, quienes dejaron importantes obras de ingeniería civil en la que fue su capital provincial.
En realidad, bajo el dominio musulmán habían convivido en perfecta armonía musulmanes, cristianos y judíos, lo que le valió a esta ciudad el sobrenombre de Las tres culturas. Toledo había adquirido y acrecentó su fama por el manejo de los metales, como centro de acuñación de monedas, fabricación de armas y manufactura de tejidos. Carlos I la convirtió en su capital imperial, y sede de La Corte, hasta 1561, en que ésta se trasladó a la nueva metrópoli, Madrid.
Tras la caída del imperio Romano, fue conquistada por los alanos, y posteriormente los visigodos quienes, vencidos en Tolosa, trasladaron aquí la capital de su reino, hasta el 711 en que fue ocupada por los musulmanes venidos de Marruecos.
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