Japón
producción para que no haya sobrantes que se tengan que vender al exterior, ya que únicamente exportan manufacturas. Por un lado llegan los barcos con las materias primas, y por otro zarpan con el producto terminado.
Costumbres y tradiciones milenarias
H
ace algunas décadas viajamos a Oriente y visitamos Japón, ese enigmático y admirable país. Entre los datos que recuerdo de aquellas fechas, tenía 5 y medio millones de hectáreas cultivables, la mayoría de arroz, y alrededor de 6 millones de campesinos, menos de 1 hectárea por labriego. Comparándolo con Tailandia, con un delta de 500 kilómetros de las mejores tierras y también arrocero, Japón lo superaba en producción. Esto rompe el mito de que el minifundio es improductivo: depende de cómo se organice y quién lo trabaje.
El japonés por naturaleza es disciplinado, honesto, trabajador y muy apegado a sus tradiciones. La mayoría de la población practica el sintoísmo, la religión nativa, pero extrañamente también es budista y ambas religiones conviven en una misma persona. El sintoísmo es una religión de vida, en la que se respeta y adora la naturaleza, representada por kamis o dioses, y a los antepasados. El símbolo del sinto o religión, es el tradicional portal japonés muy difundido en el país. El matrimonio es un acto sintoísta, en el que los novios hacen juramentos y después de tres tragos de
En Japón el gobierno estimula la producción agropecuaria, pero únicamente para autoconsumo. Se regula la
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