La desaparecida Yugoslavia
Con mi esposa Marta recorrí la Yugoslavia de su constructor Tito, y su señorial capital, Belgrado. Un maravilloso país, unido, trabajador y de avanzadas reformas.
Un imperio extinguido por la guerra
E
l final de la Primera Guerra Mundial provocó la desintegración de tres grandes imperios: el ruso, con la caída del zarismo y la creación de la URSS; el otomano, con la liberación de Los Balcanes, el Medio Oriente y el norte de África, y el nacimiento de Turquía como nación; y el austro húngaro; de este último imperio nacieron Checoslovaquia — actualmente desintegrada en dos pequeñas repúblicas, Checa y Eslovaquia—, y la extinta Yugoslavia, integrada por las actuales Eslovenia y Croacia (católicas), Serbia (ortodoxa), BosniaHerzegovina (musulmana) y Montenegro, Macedonia y ahora Kosovo, de tendencias mixtas.
Navegamos gran parte del Danubio, hasta Las Puertas de Hierro, y caminamos por Sarajevo admirando sus minaretes. Aquí, el 28 de junio de 1914, el anarquista serbio-bosnio Gavrilo Princip asesinó al Archiduque Francisco Fernando, heredero del Imperio Austrohúngaro, y a su esposa Sofía Chotek, crimen que detonó el comienzo de las hostilidades en la Primera Guerra Mundial , conflicto bélico que extinguió a este centenario imperio. Visitamos Mostar, una encantadora ciudad a orillas del río Neretva, y a 25 kilómetros el pequeño pueblo Medugorge, que empezaba a recibir
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