embriólogos y paleontólogos, continuaron la juerga en la casa de al lado, donde ahora se llevaba a cabo la fiesta retardacionista. Gould da una larguísima lista de taxones cuyo origen fue explicado por retardación: insectos, copépodos, vertebrados, protistas, plantas vasculares superiores, ctenóforos, sifonóforos, cladóceros, copépodos, pterópodos, aves ratites, homínidos, dinosaurios varios, hexacorales, graptolites, trilobites proparios, pseudocelomados, quetognatos, braquiópodos, y un interminable etcétera. Incluso algunos evolucionistas que no aceptaban a la retardación como explicación principal de la evolución tiraron al aire ejemplos de evolución por pedomorfosis. Todavía se piensa que la retardación pudo haber jugado un rol fundamental en la evolución de algunos de esos taxones. De hecho, la idea de que el ser humano es un primate pedomórfico (evolutivamente retardado en su desarrollo), planteada por primera vez por Julius Kollmann hace más de cien años, es aún hoy muy popular; de esa idea hablaremos a continuación.
El planeta de los simios fetalizados Con mayor precisión, hablaremos de la teoría de la fetalización, formulada en los años 20 por el anatomista holandés Louis Bolk (1866-1939) a partir de aquella idea barajada por Kollmann. Yendo al grano, la teoría del holandés sostiene que la mayoría de los rasgos observados en el humano adulto son neoténicos, es decir, el resultado de la lentificación evolutiva del desarrollo embrionario. Neoténicos son, según Bolk, la ubicación delantera del agujero occipital, el ortognatismo (o rostro chato), la redondez de la cabeza, los dientes pequeños, la ausencia de crestas craneanas, la forma globular del cráneo, la piel blanca (en el caso de los blancos), la relativa ausencia de vello corporal, las uñas delgadas y el prolongado periodo de dependencia y crecimiento, entre otras muchísimas cosas. Bolk nunca disimuló su antidarwinismo. Para él, la fetalización, no la selección, había sido la ley suprema de la evolución del Homo sapiens. Las modificaciones del equilibrio hormonal, causa próxima de la fetalización, habían desempeñado, según el holandés, un rol protagónico en la historia de la especie humana.5 En realidad, Bolk no negaba la existencia de la selección, pero la consideraba irrelevante, responsable solo de modelar adaptativamente el organismo, de adornarlo de caracteres «consecutivos»
5 Las hormonas estaban de moda en esa época de avances fundamentales en la ciencia de la endocrinología. Gould (2010a, p. 354) también da mucho valor al papel de las hormonas en la evolución del desarrollo.
140 | Salgado / Arcucci