(condición homocigótica) o distintos (condición heterocigótica). El Mendel de carne y hueso afirmó que solo los elementos diferenciales se excluyen mutuamente; según la genética clásica, no solo los elementos diferentes (factores o genes) deben separarse, sino también los iguales; en otras palabras, la segregación tiene lugar siempre, tanto en la condición heterocigótica como en la homocigótica. Continua Lorenzano: los redescubridores no hicieron ningún redescubrimiento; solo proyectaron sobre el trabajo de Mendel sus propios experimentos, e incluso le adjudicaron al monje cosas distintas. Además, ninguno de ellos creyó en la validez universal de lo que atribuían al padre Gregorio. Aún hay más: Lorenzano revela que lo que supuestamente redescubrieron los redescubridores, es decir, lo que ellos dicen (en sus trabajos del año 900) que redescubrieron, no es lo que con posterioridad fue presentado como la genética clásica. Conclusión: la historia del mendelismo, más que cuento, es un auténtico culebrón.
Mendelismo más allá de Mendel De los tres redescubridores (porque de algún modo hay que llamarlos), Hugo de Vries (1848-1935) fue, tal vez, quien mostró mayor interés en la evolución, sobre todo en el asunto del origen de las especies. El antropólogo Jeffrey Schwartz de la Universidad de Pittsburgh, resumió en los diez puntos siguientes la contribución del holandés a las ciencias de la genética y la evolución: 1) los pangenes son las unidades de la herencia; 2) cada pangen es responsable de un carácter; 3) la mayoría de los caracteres son discretos y la variación es discontinua; 4) la variabilidad entre individuos es el resultado de cambios en el número o frecuencia de pangenes inalterados; 5) otro tipo de variabilidad, aquel que diferencia a las especies entre sí, resulta de nuevos pangenes o mutaciones que surgen durante el proceso de replicación; 6) estas últimas mutaciones no son necesariamente adaptativas; 7) la selección natural actúa precisamente sobre estas mutaciones (no sobre las variaciones individuales) y rápidamente las esparce, generación tras generación; 9) de esta forma se originan las nuevas especies; y 10) la evolución es saltatoria (1999, p. 191). El mutacionismo fue la teoría de la evolución que adoptaron los primeros mendelistas. De hecho, el holandés de Vries llegó a pensar que una sola mutación era suficiente para hacer surgir una nueva especie. Esa idea no era nueva; antes había sido pensada por Geoffroy Saint-Hilaire, Thomas Huxley, Francis Galton y Georges el Tábano Mivart, entre otros. El inglés William Bateson (1861-1926), autor del vocablo genética, fue uno de esos primeros mendelistas, aunque no precisamente un Teorías de la evolución | 159