sostenían Huxley y los modernos darwinistas; lo que ocurría con los cambios cromosómicos era sin duda algo mucho más profundo. El concepto clásico de gen de un gen-una enzima había sido concebido por el médico inglés Archibal Garrod (1857-1936) en 1909 y brevemente enunciado por Haldane, pero es asociado a los nombres de George Wells Beadle (1903-1989) y Lawrie Tatum (1909-1975), y a sus trabajos del 41 con el hongo Neurospora. Con la modelización de la estructura del material hereditario (en el 53) surgió la genética molecular y el concepto de gen cambió; dejó de ser el gen simplón de Beadle y Tatum. En realidad, ya cuando se vio que había dificultades con la enunciación de un gen-una enzima, el mismo Baedle la reemplazó por un gen-una acción, formulación que mencionamos más arriba. Aun así, Goldschmidt siguió viendo serios problemas en todo este asunto del gen. Otro cuestionador del concepto tradicional de gen fue Alfred Kühn, ya mencionado en el capítulo anterior. Este antiguo estudiante de Weismann fue miembro de un plantel de científicos que trabajó en la Universidad de Göttingen desde los años 20 hasta que los nazis lo desactivaron en el 35. Este hecho es crucial en la historia del evolucionismo. Si ese grupo de investigación no hubiese sido liquidado, la moderna genética y la actual teoría de la evolución habrían sido muy distintas, ya que los alemanes tenían mucho más interés en el desarrollo que los americanos (Grossbach, 1996). Pero el grupo fue desbaratado y muchos de sus miembros se fueron de Alemania y continuaron sus carreras en otros países. Kühn prefirió quedarse y pasarse al Kaiser Wilhelm Institut in Berlin-Dahlem donde ocupó el cargo que tenía Goldschmidt, escapado justito ese año. Allí permaneció hasta el fin de la guerra; luego se iría a Tübingen a trabajar con Schindewolf. Al igual que Goldschmidt, Kühn entendía el proceso del desarrollo como una compleja reacción en cadena; los genes producían enzimas, esas enzimas regulaban la acción de otros genes, y así sucesivamente (Rheinberger y Müller-Wille, 2010). La visión clásica de un gen-un carácter le parecía a Kühn muy preformacionista, como si los caracteres estuvieran preformados en los genes.
La duplicación génica revalidada Las ideas de Kuwada, Müntzing, Bridges y Serebrovsky permanecieron en el cajón del olvido hasta los 70. Recién entonces, Susumu Ohno (1928-2000), genetista de origen coreano-japonés nacionalizado estadounidense, retomará la idea de que la duplicación génica y cromosómica (de partes, más que de cromosomas enteros) juega un rol importante en la evolución. Para esta misma época (los 70), Neil Todd, a quien mencionamos en el capítulo i, expuso su teoría de la fisión cariotípica para, de acuerdo con Margulis y Sagan (2003, p. 255), «llamar la atención sobre su rechazo Teorías de la evolución | 205