de aquel interminable borrador. Así, a las apuradas, salió en 1859 El origen de las especies. Habían pasado veintiún años desde la lectura de Malthus y el descubrimiento del principio de la selección natural. Sobre los motivos de esa tardanza de más de veinte años se ha dicho de todo, entre otras cosas, que Darwin no quería escandalizar a su muy cristiana esposa. Este último argumento es absurdo. No. Las razones hay que buscarlas en otro lado. Para el filósofo Caponi, están en la propia estructura de la teoría; en ciertos aspectos fundamentales que Darwin no consiguió cerrar sino hasta muy tarde. Expliquemos. En 1838, Malthus le había hecho ver al joven Charles Robert la selección natural. El campeón inglés disponía ahora de un mecanismo que le permitía explicar el cambio adaptativo a lo largo de un único linaje, pero aún no veía cómo la sn podía causar diversificación, que era –como se dijo– lo que realmente le interesaba. Según Caponi, Darwin tardó mucho en encontrar ese cómo: el principio de divergencia, único concepto de El origen de las especies que no pudo explicar solo con palabras; debió ayudarse con un grafiquito, y aun así uno debe leer varias veces esas páginas (mirando de reojo el gráfico) para entenderlo. Lo importante aquí es destacar que la causa de la demora tendría que ver, según Caponi, con la dificultad de explicar por selección natural esas benditas divergencias.27
¿Un costado estructuralista en Darwin? Como dijimos en el capítulo i, el darwinismo y la teoría de la selección natural son en esencia adaptacionistas. Sin embargo, Darwin conocía la existencia de correlaciones de crecimiento (o de caracteres correlacionados). En El origen de las especies, dedicó al asunto apenas unas páginas del capítulo vi, pero en su libro del 68, Las variaciones de los animales y las plantas bajo domesticación (obra que ya hemos mencionado en el capítulo i con relación a los caracteres originados por la influencia directa del ambiente físico), trató el tema con mayor amplitud, dando algunos ejemplos. Veamos uno de ellos. En los organismos que atraviesan una fase de larva, el desarrollo posterior a esa fase se encuentra correlacionado con (hoy diríamos constreñido por) la morfología larvaria; entonces, la morfología adulta de esas formas no podría explicarse (al menos no únicamente) por selección natural. Además de este, Darwin ofreció otros ejemplos, quizás más clásicos, como el de variaciones 27 Técnicamente, divergencia es la evolución hacia un incremento de las diferencias morfológicas (Dobzhansky y otros, 1983, p. 324). El principio de la divergencia de Darwin, además, era un principio de la diversificación, es decir, que daba cuenta del incremento del número de especies en un clado a través del tiempo (Futuyma, 2005, p. 547).
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