correlacionadas entre estructuras homólogas seriales en el caso de los miembros delanteros y traseros. De todas formas, en ese mismo libro, Darwin admitió que las correlaciones eran raras y que los caracteres arrastrados por correlación, es decir, aquellos que no eran blanco directo de la selección, si bien podían no ser adaptativos ciento por ciento (justamente, por no haber sido seleccionados), no podían ser disfuncionales o desventajosos. Suponía, pues, que la selección natural era siempre capaz de romper la correlación y eliminar el carácter (en potencia) desfavorable (Gould, 2004, pp. 360-369). De presentarse un conflicto entre selección y correlación, siempre prevalecería la primera, sostenía Darwin.28 Las variaciones de los animales y las plantas bajo domesticación cierra con una metáfora que sintetiza de forma magnífica el pensamiento de Darwin sobre el valor de las constricciones en el diseño final del organismo: la metáfora del edificio. La metáfora plantea que la forma de un edificio no encuentra restricciones importantes en la forma de los ladrillos individuales. En el ámbito de la biología, la metáfora sugiere que el diseño biológico está más allá de toda restricción; o mejor: que las leyes del crecimiento, las constricciones, valen solo allí donde a la selección le da lo mismo un diseño que otro.
Darwinismo y evolución humana En El origen de las especies casi no hay referencias al origen del hombre. Apenas una oración de catorce palabras al final del libro, como para (en términos futboleros) dejar la pelota picando en el área: En lo futuro, veo ancho campo para investigaciones mucho más importantes. La sicología se basará seguramente sobre los cimientos, bien echados ya por Mr. Herbert Spencer, de la necesaria adquisición gradual de cada una de las facultades y aptitudes mentales. Y se arrojará mucha29 luz sobre el origen del hombre y sobre su historia. [Las cursivas son nuestras] (1980a, p. 478)
Como era de suponer, los lectores entendieron de inmediato la intención de Darwin al introducir esa cortita oración: insinuar que, al igual que los pinzones, las orquídeas y los cirrípedos, el hombre había evolucionado 28 Es por esa razón que Steve Gould (2004) reconoce la posición subordinada de la constricción en el modelo darwiniano. 29 En realidad, lo de «mucha» fue insertado por Darwin en una de las ediciones posteriores de El origen de las especies. En la primera edición solo se decía «arrojará luz sobre el origen del hombre» (Gould, 2000, p. 267).
Teorías de la evolución | 97